miércoles, 13 de enero de 2010

Me tomé vacaciones pero...


Y si... me dejé llevar este tiempo por el trabajo, la familia, las obligaciones, la casa, los amigos. Una nueva etapa para descubrir cosas, gente, lugares, nuevas metas (y otras viejas olvidadas a la fuerza). Pero aunque me sumergí en la pausa más profunda, el país y la política no se tomaron ni dos minutos de relajo. Tal es así que el mes de enero, tal vez el más ocioso del año y al que todos esperamos 11 meses para desconectar el chip responsable; nos sorprendió con un desbarajuste institucional que tiene consecuencias en los mercados, en la justicia, en el arco político, y también en lo que muchos analistas económicos llaman "el mundo". Sólo una cosa me queda clara: los Kirchner no aprenden. No aprendieron del voto, ese que en junio de 2009 los debería haber puesto en alerta amarilla, no aprendieron nada de los medios y de su modus operandi. Le dan la espalda a la justicia, a la iglesia, a la oposición cuando hoy por hoy deberían apostar al diálogo por lo menos entre sus interlocutores y bajar el estado de "crispaciones" compartidas. No sé si seré ingenua pero parece que el sentido común dejó de funcionarles a Cristina y a Néstor. El sentido común nos dicta a los seres humanos ciertos valores, códigos, ética que se da por default es decir ya está inmerso en nosotros en nuestra conciencia. Entonces cuando la presidenta habla, pareciera no darle bola a su sentido común ¿lo tiene acaso? Me preocupa que no se den cuenta que la gente SI SE DA CUENTA, de la sordera K, es cómo vivir en el reino del revés: nada el pájaro y vuela el pez.